Con GUITARRA, una yegua baya, de raza cruzada, recibió Lea Vicens al segundo de la mañana, un animal con cierta querencia a las tablas sobre el que dejó dos rejones. Ya para banderillas recurrió a BÉTICO, un bellísimo caballo negro del hierro de Peralta. Corrió de costado al morlaco y clavó con facilidad. Prosiguió luego su entonada labor con ALADÍN, caballo tordo de pura raza árabe. Ya con DESEADO, puso las cortas. Utilizando a ESPONTÁNEO para la ejecución de la suerte suprema. Un pinchazo hondo fue suficiente para que el toro doblase. Oreja.

Con CLEOPATRA, yegua castaña hispanoárabe, recibió Lea Vicens al quinto un animal de casi seis años que salió con muchos pies y pronto mostró querencia a tablas, hasta el punto de saltar al callejón prendiendo a uno de los empleados de la plaza. Para banderillas la rejoneadora gala echó mano primero de DILUVIO, un ágil caballo de raza luso-árabe con el que además de clavar supo conducir la embestida de la res. Con DIAMANTE, un caballo tordo en fase blanca de pura sangre lusitana, continuó para después seguir con las cortas a lomos de DESEADO y finalmente con FERMÍN matar de medio rejón y un descabello. Oreja.

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El segundo tuvo clase, prontitud y fijeza. Cualidades que supo aprovechar Lea Vicens, que cuajó una faena de más a menos. Clavó un buen rejón de muerte en dos tiempos que le valió para pasear un trofeo, mientras que el toro fue ovacionado en el arrastre.

Otra oreja obtuvo de Lea Vicens del quinto, otro astado de buena condición. La francesa firmó una faena compacta en la que clavó banderillas con mucha reunión.

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Léa Vicens le hizo recordar los buenos momentos al público local que supo premiar sus dos actuaciones, marcadas por el garbo y las ganas de complacer de la gran amazona.

En el primer tercio ha montado con éxito a Bético luego Aladin en banderillas; en el brillante Deseado para las banderillas cortas, en una de las cuales estaba particularmente apretado el toro en el estribo. Rejón de muerte al segundo intento y la oreja paseaba todo con sonrisas.

Bis repitió de frente al quinto, que sembró el terror a su salida. Al tratar de saltar sobre las tablas, el pesado toro de San Pelayo hizo ceder las puertas abatibles del arrastre. En medio del pánico un miembro de la seguridad, saltó a la arena para escapar; fue violentamente cogido por el bicho que se volvió para atacarlo. Más asustados que dolidos por los hechos que se estaban generando, pero el caso tiró escalofríos al ruedo. La de Nîmes tuvo entonces que imponerse frente a un animal violento al que acabó sometiendo. Tres banderillas, incluido un soberbio quiebro sobre la grupa del elegante Diamante y luego sobre Fermín para las rosas. Faena puntuada por un rejón ligeramente de lado y un golpe de descabello.

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Excelente toro de San Pelayo, de mucha clase y prontitud, con ritmo y celo el segundo. Lo aprovechó Lea Vicens en una faena buena. Acertó en un rejón en dos tiempos y se le concedió una oreja. Al buen quinto le cortó otro apéndice. Faena dispuesta, entregada, logrando momentos buenos en una lidia compacta y bien argumentada. Necesitó un golpe de descabello tras el rejón final.

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Lea cuajó una labor muy técnica en ambos toros de su lote, destacó la reunión en banderillas del quinto.

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