Con ‘Bético’ dejó los mejores momentos Lea Vicens ante otro ‘Botinero’ quinto -se llamaba igual que el primer toro de la corrida-. Se sintió la rejoneadora ante este animal con ese mítico caballo de su cuadra, uno de los más conocidos de su trayectoria y con el que dejó pares de gusto, entrega y estética, arrancándose de lejos y dejando los mejores pasajes con una genial sinergia. Colocó rosas en un vibrante final de faena en el que dejó un rejón de muerte un punto trasero pero efectivo, lo que le valió el premio final.
‘Valenciano’, de 569 kilos, nacido en febrero de 2017, era el segundo de la tarde. Más distraído y reservón parecía el animal que el anterior. A lomos de ‘Diluvio‘ comenzó la faena Vicens, que se dio una vuelta al ruedo completa aprovechando la transmisión del astado, encuadrando al toro para clavar la primera de las banderillas, en la que se perfiló de lejos y la puso en todo lo alto. Se arrancaba presto el toro en cada uno de los envites de la rejoneadora. Y a ese palo se sucedieron tres más en los que conectó con el tendido maestrante, con la ortodoxia y elegancia que caracteriza al concepto de la gala, pero sin perder el punto de conectividad con la afición que también es sello de su tauromaquia. Con un caballo nuevo, ‘Aladín’, un luso-árabe, siguió su obra Vicens, dejando momentos de interés, y las posteriores cortas. Con ‘Deseado’ puso fin a la obra, pero los fallos con el rejón de muerte previos a que lo enterrase evitaron el premio, que quedó en silencio de La Maestranza.
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El rejón de muerte deja en silencio los momentos pulcros de Vicens al segundo
Dejó una obra de conexión Lea Vicens ante el segundo, otro toro que mantuvo la conexión durante toda la lidia. En ésta, destacó a lomos de “Diluvio” en el inicio de la faena, con el que dejó tres banderillas de colocación pulcra y correcta, llegando al tendido maestrante por su clasicismo. Sacó uno de los caballos nuevos de esta temporada, “Aladín”, al que usó en la última parte de la obra, y con el que dejó momentos de conexión. No obstante, los fallos con el acero enfriaron mucho la labor, y ésta quedó en silencio.
Vicens, oreja del sexto a lomos de «Bético»
“Botinero” se llamaba el quinto del festejo, con el que Lea Vicens se gustó montando a Bético, caballo que fue el epicentro de la faena. Se adornó en momentos de mucho gusto y conexión, dejando una obra siempre a más con ese caballo. En esta ocasión, la amazona dejó un rejón de muerte a la primera, lo que hizo que cayese el animal de forma efectiva y pasease un justo premio.
Cultoro
Turno para Lea, recibida con aplausos desde los tendidos. Sacó a Bach de salida, con el que solo puso un rejón de castigo dado el juego del animal, que estuvo más parado que su hermano. Con Diluvio tuvo que tirar de entrega y casta, ya que el toro no hacía por colaborar en la faena. Lo volvió a intentar con Aladín, dejando patente que Lea se encontraba por encima del astado. Deseado para banderillas cortas, con las que estuvo poco acertada. Peor suerte tendría con el rejón de muerte. Tras dos pinchazos, tuvo que tirar de descabello.
Quinto de la tarde. Lea lo recibió con Cleopatra, poniendo dos rejones de castigo. Atisbo de recibir a portagayola, mostrando el hambre que tenía por deleitar a Sevilla. Banderillas con Bético, volviendo a calentar los tendidos. Espectáculo en el coso del Baratillo por parte de la rejoneador que se vació ofreciendo una clase de torería con un animal que vale oro. Prosiguió con Diluvio, llegando a arriesgar en determinados cites que resolvió con gran maestría. Los tendidos le reconocieron la entrega con calurosos aplausos. Rosas con Jazmín, donde tiró más de caballo que de torería. Buscó asegurar en el rejón de muerte, aunque lo colocó trasero. Oreja con la que terminó de contentar a los tendidos tras su primera actuación.
Burladero
Tuvo franqueza también el astado de Lea, aunque fue tardo y eso hizo que Vicens tuviera que provocar más al de San Pelayo y aguantar los tiempos en los embroques. El rejón de muerte se interpuso en el trofeo.
A la puerta de toriles fue a buscar al quinto. Conectó después en la faena de principio a fin y se ajustó exponiendo en todo momento. Lo tuvo claro Lea Vicens con un animal paradote y un punto aquerenciado.
La Razón
Fue más entonada la labor de la francesa con un quinto que acudió entregado y con ritmo a todos los cites en los que la amazona dejó los hierros con sosiego y limpieza, aunque sin acabar de apurar esa notable condición del toro en la prolongación de las suertes, mientras sonaba el pasodoble del que, en estas tardes de rejones, siempre es un magistral concierto de la banda de Tejera.
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