El acero evita el corte de una oreja por parte de Léa al flojo tercero de Pallarés

Buen nivel el dado por Léa Vicens en este tercero de la tarde, un astado don el que vimos una monta templada de la francesa ante un animal medido de fuerzas. Poco a poco fue sacándole aquello que podía dar el animal, pero el rejón de muerte evitó que cortase una justa oreja.

Léa pasea las dos orejas del sexto para salir en hombros

Léa Vicens amarró el triunfo casi sobre la bocina tras una faena de menos a más con el manejable sexto. Labor templada y seria ante un toro que pese a su nobleza exigió siempre una monta firme y poderosa. La francesa acertó en los terrenos y en darle al animal ese tiempo entre banderilla y banderilla. Colocó un solo rejón de muerte, aunque tuvo que tirar de descabello con el que estuvo muy acertada.

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El acero impidió a Léa Vicens pasear algún trofeo del tercero tras una buena faena, basada en el temple, con un flojo toro de Pallarés. Escaso de fuerzas, la gala lo mantuvo en pie y supo sacarle, a base de paciencia, grandes banderillas. Saludó una ovación.

Dos orejas paseó Lea Vicens del sexto. Incombustible la rejoneadora gala que montando a ‘Bético’ y ‘Fermín’ sacó las mejores banderillas del sexto. Un toro de Benítez Cubero agarrado al piso y que echó el freno rápido. Garra de Vicens muy por encima de un lote deslucido.

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Léa Vicens recibió a un tercer toro manejable al que cuajó un vibrante inicio de salida. El animal, con muchos pies, persiguió la cabalgadura con entrega, y la francesa templó sus primeras acometidas con notable solvencia. Cuando parecía que la labor podría ser importante todo se vino abajo, ya que el toro pareció lesionarse, perdiendo las manos varias veces ante la desesperación del público asistente porque la rejoneadora se quedara sin oponente. La suerte en los aceros le impidió conseguir trofeo.

Con la puerta grande asegurada para sus compañeros de cartel, al último de la tarde lo recibió a portagayola. El toro de Benítez Cubero, al igual que todos los lidiados, fue muy noble, aunque este acusó mucho la querencia, buscando tablas en todo momento. No se lo puso fácil a la francesa, que quiso y puso mucho en una labor en la que se tuvo que ajustar en los pares y demostrando haber sido superior a su rival. Finalizó su labor de un rejonazo, tardando el toro en caer, cortando dos orejas.

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