Daba comienzo la tarde en el coso de La Malagueta con buena entrada en los tendidos. Sensaciones positivas al inicio de la corrida que ya en el primero de su lote irían a menos dado el nulo juego de sus oponentes. No hubo suerte en el sorteo matutino para la rejoneadora francesa, a quien le tocó los peores astados de la tarde.
A pesar de ello, Léa supo encontrar rápido el ritmo al toro a lomos de Guitarra en un buen tramo de faena. Con Diluvio comenzó a mostrar momentos de lucidez toreando a dos pistas y, a pesar de que el toro se vino a menos al rajarse, Léa pudo mostrar ese concepto puro y clásico que atesora. Tras colocar banderillas cortas, saltaron al ruedo el grupo de Forcados Amadores Aposentos da Chamusca para realizar una gran pega. Tampoco hubo suerte con los aceros, teniendo que desmontar para descabellar y pasaportar a un flojo abreplaza.
Todo quedaría en el segundo de su lote, un toro grande y largo de Benítez Cubero que sobrepasaba los 600 kilos. Léa puso toda la carne en el asador sacando a su caballo estrella, Bético, pero el astado resultó ser un animal muy complejo. A pesar de ello, la rejoneadora francesa consiguió solventar la situación con una excelsa faena de oficio. De nuevo, los fallos a la hora de pasaportar al de Benítez Cubero le impidieron pasear un trofeo pedido por los tendidos.