La rejoneadora Lea Vicens tiene sello propio. La evolución de su toreo es progresivo, conservando su elegancia natural en la monta, su desparpajo y su don especial para concebir el arte de Cañero como un todo homogeneo que le imprime entidad a su obra. Lee bien a los toros y les ofrece los terrenos propicios para posibilitarles ventaja con respecto al resultado.
Las embestidas a veces francas, a veces violentas de sus oponentes, le han exigido un esfuerzo suplementario que ha sabido resolver con profesionalidad. Lo ve tan fácil, que se permite montar y desarrollar su clase y su toreo con caballos a cuatro riendas, caso de Guitarra, una yegua baya inteligente y muy puesta en el oficio. Sépase que como hembras, las yeguas tienen un puntito especial que un buen jinete debe entender. Lea lo tiene y por eso su manejo y valentía han desarrollado un toreo que le sale de dentro y que en la plaza fundamentalmente se ha magnificado por dentro cuando los toros le apretaban en tablas. Sin inmutarse la francesa, aguantó los arreones al estribo y vació las embestidas como si del fino trazo de una franela se tratara.
Por Agustín Hervás
Ficha:Lea Vicens, oreja y oreja.Joao María Branco, ovación y ovación.
Foto de Archivo