Nº 76 “Otorgado”. Lo recibió con ‘Cleopatra’ con el que dejó un rejón de castigo ante uno que salió distraído y sin romper de inicio. Tras dejarlo pegó un arreón y sacó chispa. Con ‘Bético’ se reunió en los medios llegándole mucho al astado para dejar los palos arriba tras batir con elegancia. Lo metió en el estribo con temple y toreo precioso. Raza de Lea para apostar y superar a su cambiante oponente. ‘Diluvio’ firmó lo siguiente galopando a dos pistas y templando sensacionalmente. Se enfrontiló con él ofreciendo el pecho y cogiéndolo en cortito. Gran tercio -ante uno de escasa transmisión- donde todo lo hizo la rejoneadora. Las cortas con ‘Greco’ para llegarle mucho y reunir arriba. Exposición y belleza a caballo. Finalizó con ‘Espontáneo’ con un toro totalmente parado, pinchazo y rejón en buen sitio. Oreja.
Nº 62 “Vibrador”. Lea sacó de inicio para recibir al sexto a ‘Cleopatra’ y se metió en la manga de chiqueros. El último salió distraído y olisqueado él albero. Dos rejones para espabilarlo pero ni por esas rompió a embestir. Enfado del público pidiendo la devolución de un manso que se emplazó sin querer buscar a los caballos. Vicens no le volvió la cara y tiró de raza y oficio en todo su comprometido quehacer. Se la jugó con ‘Bético’ en un tercio de banderillas de mucho arrojo ante uno que pegaba oleadas. Incluso de adornó con la reverencia en los medios. ‘Aladín’ ofreció la grupa en la cara del toro y posteriormente se enfrontiló por derecho. A pesar de todos los contratiempos las batidas fueron de suprema elegancia y la ejecución en todo lo alto. ‘Jazmín’ para un carrusel con temple y compás, y una Léa crecida ante la adversidad de su oponente. El último, metida por dentro del tercio -increíble- casi terrenos para salir del trance. Finalizó su labor con ‘Espontáneo’ donde fue -una apuesta permanente- por arrancar el triunfo. Superación y raza ante uno que jamás ayudó. Pinchazo en buen sitio sin soltar, rejón y el atasco con el descabello le hizo perder el trofeo que mereció. Ovación tras aviso.
Burladero
De condición cambiante y de poca transmisión fue el tercero de Fermín Bohórquez, con el que Lea Vicens tuvo que esforzarse para sacar partido de un animal reservón que dificultó el triunfo de la rejoneadora. Tuvo la faena de la francesa mucha exposición, reuniendo grandes pares de banderillas en la cara del toro y dejándose llegar al toro en dos galopadas extraordinarias. El culmen llegó con ‘Greco’ en las banderillas cortas, logrando los momentos de más exposición, para rematar su actuación con un rejón a toro parado que cayó en buen sitio, siendo premiada con una oreja.
En la línea del anterior y sin mucha entrega fue el sexto, al que Lea Vicens castigó con dos rejones de salida para ver si conseguía revertir el comportamiento manso del toro. No rehuyó de la pelea la rejoneadora francesa, que puso todo de su parte para levantar una faena en la que tiró de raza para clavar las banderillas en la cara del animal a pesar de las embestidas a arreones y del poco celo del astado. El último tercio fue soberbio, con una Lea Vicens metida prácticamente en las tablas para dar un recital de toreo en la corta distancia, haciendo que el tono de la faena fue creciendo. Un pinchazo y varios intentos de descabellar ensombrecieron lo logrado por Lea, que tuvo que saludar una ovación tras aviso.
Mundotoro
Apostó Lea por el tercero de la tarde un animal medido de raza, un astado que se vino por dentro complicando la labor de la francesa. Con ‘Bético’ se reunió en los medios llegándole una enormidad a un toro que necesitaba su distancia. Le puso la raza que le faltó a un ejemplar que se movió, pero al que le faltó entrega. A dos pistas galopó a lomos de ‘Diluvio’ un caballo de una enorme torería. Todo lo puso Vicens ante “Otorgado” un animal que se fue apagando como una velita, pero al que la nimeña pudo exprimir antes de pasaportar al parado animal de un pinchazo y rejón en buen sitio. Oreja.
No tuvo suerte Lea con el toro que cerraba plaza un animal de escaso celo con el que porfió la francesa. Se la jugó con ‘Bético’ en un tercio de banderillas de mucho arrojo por la condición de un astado que nunca quiso ir hacia adelante. Se metió en los terrenos del animal para encelar a este, pero ni por esas, el animal siempre tendía a venir con la cara alta cambiando de ritmo. A pesar de todos los contratiempos las batidas fueron de suprema elegancia ante, todo lo puso ella, pero no consiguió que el trasteo subiera como la espuma. Tampoco acertó en la suerte suprema, dejando un pinchazo en buen sitio sin soltar, previo a un rejón en buen sitio. El uso del descabello enfrió a una plaza que hubiera pedido la oreja de matar al animal con rapidez.
Cultoro