Lea Vicens inició su primera faena con ‘Guitarra’, con la que solo puso un rejón de castigo, clavando muy en la distancia; lo más torero lo hizo con ‘Diluvio’, con temple y gusto, dejando tres banderillas a un animal que se dejó hacer y estuvo falto de chispa en todo momento, con lo que la francesa no tuvo problemas; mató con ‘Espontáneo’ y aunque el toro tardó en doblar, consiguió una oreja.
Su segundo fue el toro de más movilidad de la tarde, y comenzó con un rejón de castigo a lomos de ‘Cleopatra’, para sacar luego a ‘Aladín’, con el que hizo un buen toreo a caballo, ante un animal que aportó vistosidad a la tarde; con ‘Deseado’ dejó rosas adornadas en la salida con un “tierra a tierra” que calentó al público. Hubiese abierto la puerta grande de no ser por los aceros. Dos golpes de verduguillo y un rejón de muerte tras al que el animal le costó mucho doblar, enfriaron esa petición del público, pero acabó siendo reconocida con una vuelta al ruedo.
Nueve Cuatro Uno