Gran toro el segundo de El Canario. Buenos rejones puso Lea Vicens a lomos de «Guitarra» con quien mostró un caballo con pies para recibir de salida al toro que se precie. Lo mejor de su faena vino con «Bético» con quien dejó vibrantes momentos poniendo excelentes banderillas. Con «Fermín» dejó tres rosas a modo de remate final. Dejó un medio rejón con «Espontáneo» más que efectivo. Ovación tras fuerte petición.

Lea Vicens recibió al quinto de la tarde, un toro que salió con pies al que a lomos de «Cleopatra» con quien dejó dos rejones de castigo. Con «Aladín» puso alto el nivel, fue un toro con claras querencias hacia toriles al que se sobrepuso la rejoneadora gala llevándolo desde la zona de querencia hasta los medios, cuatro banderillas como mandan los cánones, de arriba a abajo, clasicismo y elegancia de la rejoneadora francesa. Sublime faena en la que puso buenas cortas en terrenos comprometidos a lomos de «Greco». Dejó medio rejón levemente trasero de gran eficacia. Oreja con fuerte petición de la segunda y dos vueltas al ruedo.

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El segundo fue un gran toro, por su prontitud, su galope y su fondo. Lea Vicens cuajó una obra que siempre contó con la aprobación del público, destacando en los galopes a dos pistas paralelos a las tablas. En varias banderillas dando distancia al toro. Acabó su actuación con tres rosas. Un pinchazo impidió que paseara algún trofeo. La petición, aunque sonora, no llegó a ser mayoritaria.

El quinto, bajo de hechuras, con cuello, tuvo buena embestida, aunque siempre marcando los terrenos de las tablas. Buena faena de Lea Vicens que conectó desde el principio con la afición de Santander. Todo tuvo temple y raza a partes iguales. Pinchazo hondo. El público pidió con fuerza las dos orejas, pero el presidente solo concedió una. Oreja y dos vueltas al ruedo.

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Lea Vicens conectó con el público a las primeras de cambio. Ayudó el galope enclasado de su primer antagonista; su fijeza como de hipnotizado; su codicia; que no tuvieron la duración deseada. Se llamaba ‘Sardinero’, oportunísimo nombre para Santander. Se amorcilló en el tramo final de la lidia. Un hundimiento total. Lea evolucionó con solvencia. Cabalgando a la velocidad, ligerita, del toro. Al segundo envite enterró medio rejón. El palco se agarró a esto para no conceder una oreja, con la petición en el límite de la mitad más uno.

El quinto tuvo todo lo malo: aculado en tablas, manso de wikipedia, se echó en los medios dos veces. Lea hizo uso del don del encantamiento, en el buen sentido de la palabra. Su derroche de voluntad y buen hacer generaba una gritería creciente, en los tendidos. La vaciedad del toro no pesaba en el ánimo del respetable, ansioso por aumentar el marcador de las orejas. Que quedó en una tras una fuerte petición de la segunda.

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Comienza su tarde con la yegua Guitarra de capa baya del hierro de Cañaveral para dejar dos rejones bien ejecutados ante un toro con buena condición y transmisión. Cambia de cabalgadura para sacar una de las estrellas de su cuadra el caballo Bético, de capa negra del hierro de Peralta, una monta de altura para dejar dos banderillas en todo lo alto, el público ovaciona el tercio de banderillas. El del Canario es un toro con mucha transmisión y buen celo. Para el rematar el tercio sale un caballo tordo de nombre Borquez para dejar dos rosas colocadas arriba, sale para el último tercio el Caballo Espontaneo un pura sangre Lusitano de Capa tordo. Un pinchazo y media estocada que pone al público en Petición de oreja, no atendida por el palco presidencial.

Con muchas ganas sale de nuevo al ruedo la francesa afincada en Hinojos (Huelva), y lo hace con la Yegua Cleopatra un Hispano-Árabe de capa castaña que cuenta tan solo con cinco años, valentía para medirse y dejar un rejón muy caído el toro rajado, teniendo que tirar de un segundo rejón. Es el turno de sacar al ruedo a Aladín un Tordo, Luso Árabe de ocho años. Buen trabajo de la rejoneadora gala, que deja tres palos arriba con mucha constancia a un toro muy aquerenciando en tablas. Se va afianzando la faena y saca a su caballo nombre Greco, del hierro de Arsenio Cordero, de capa torda, para colocar dos rosas una muy pegada a tablas. Cierra su tarde con Espontáneo de pura sangre lusitano. Pinchazo y media estocada. Una oreja con petición de la segunda y dos vueltas al ruedo.

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