Lea Vicens desoreja el tercero
Abanto, buscando la huida durante toda la Lídia el que le tocó en suerte a Lea, que no pudo lucirse de salida, Diluvió tuvo que irse a las tablas a buscar al toro para clavar, Bético fue el que formó el lio, enceló a la grupa al toro llevándoselo al hilo de tablas, aprovechando esa querencia tuvo que parear, con los tendidos alborotados llegó la banderilla al violín por los adentros, con el lío formado su banderillero fue jaleadisimo en la lidia, medio rejón bastó para que cayera premiándola con las dos orejas.
Dos orejas y rabo para Lea en el que cierra la tarde en León
Los tendidos no dejaron de jalear a Lea en toda la faena, que se fue a la puerta de chiqueros a recibir su segundo, el manso buscaba las tablas continuamente, ahí tuvo que lidiarle, en sus terrenos, Diluvio, Sorpresa y sobretodo Aladin se turnaron para clavar las banderillas que una a una aplaudieron, Greco dejó las rosas antes del rejón definitivo, se lo pensó el presidente ante la mayoría que pedía el rabo, concediéndole con la plaza jaleando al grito de torera, broche de oro a su tarde.
Cultoro
Con la tarde embalada, Lea Vicens apretó el acelerador en el sexto y cortó un rabo. La rejoneadora francesa volvió a conectar con los tendidos en una faena de entrega total y donde cuajó momentos en el tercio de banderillas de mucha pasión. Cortó dos orejas y rabo en una tarde triunfal. Lea Vicens cortó las dos orejas al tercero de la tarde. La gala estuvo al nivel del animal, dejando una faena que llegó a los tendidos, y tras usar de manera eficaz y correcta el rejón de muerte, desorejó al toro.
Mundotoro
Lea Vicens realizó una faena de menos a más en el tercero, un toro que se rajó en banderillas y que cuando lo sacaba de tablas no paraba de embestir.
La amazona francesa brilló a gran altura en una labor con gran conexión en el tendido, muy vibrante.
El momento cumbre llegó con el galope a dos pistas, consiguiendo poner el público en pie, a mitad de faena. Muy acertada en los quiebros y con las rosas.
En el que cerraba plaza, espoleada por el rabo cortado por Ventura, lo recibió a portagayola. También con este toro Lea Vicens mostró un gran nivel con un público ya completamente entregado y estuvo muy contudente con el rejón de muerte.
La Vanguardia
Hubo que esperar una hora para encontrar un toro que embistiera. Ese fue Veleto, el cual, sin grandes alardes, se mostró sustancialmente más bravo, atento e Interesante que sus predecesores. Lea Vicens lo leyó bien y dejó una terna de tandas interesante en banderillas. La francesa levantó al público de sus asientos cebando al toro en los juegos de sombras que dibujó en tablas.
Le sonrió la suerte también a Lea en la suerte de matar, ya que su rejón quedó algo trasero, pero fulminó al animal, sin duda el mejor de los que hasta ese momento habían pisado el albero leonés. Cayeron dos orejas por la insistencia del público y por la predisposición de un palco ansioso de consentir a la afición.
El mejor lote de la tarde se lo quedó la rejoneadora. Raboso, quinto de la tarde, presentó más tracción que todos los toros anteriores, brindó los primeros momentos de la faena en los que se pudo ver una verdadera brega entre jinete y toro. Lea Vicens desplegó momentos de auténtica emoción. Se vio más toreo que filigranas y el público, una vez más, se volcó con lo que estaba viendo sobre el coso de León. Un rejón de muerte trasero pero certero hizo que la presidencia, ante un público enfervorecido, concediese dos orejas y rabo.
León Noticias
Y salió Lea Vicens. No se si su sonrisa es eterna, pero era la misma del tendido de los pobres y pronto quiso sumar a ‘los de interior’ a su causa. Quiebros, figuras y gestos de complicidad al público hasta obligarle a entregarse con una pasión que tuvo continuidad con el miembro de su cuadrilla que también recibió olés de masetro al rematar la faena. Supo subir la temperatura, borrar disidencias, celebrar tanto la faena como los gestos que cuando mató a la primera y el toro colaboró cayendo cuando ella llegó… las dos orejas fueron inevitables.
Lea Vicens no se conformó, ni mucho menos, con saber que ya tenía la puerta grande abierta. La «licenciada» sabe que un Cum Laude siempre luce más que un mástar sacado vaya usted a saber cómo. Y a por él fue. Sabía que el público ya estaba en su bolsillo, sólo hacía falta volver a agitarlo y ese juego que va de una sonrisa universitaria a una artista en trance cuando mira a la grada y le pide ayuda volvió a darle resultado. Arrancó faena al toro, se lució, se gustó y mató de manera eficaz para poner en aprietos a un presidente que entendió que el público quería seguir la fiesta que comenzó en el tendido de los pobres y llegó hasta el último instante de la primera de la feria. Dos orejas y rabo que suman dos toros desorejados y uno sin rabo.
La Nueva Crónica