La rejoneador francesa, afincada en La Puebla del Río (Sevilla), hizo una pausa en su dedicado entrenamiento para recibirnos dos días antes a su comparecencia en la corrida matinal de rejones en La Maestranza. Cuando llegamos al Rancho El Rocío donde entrena la mitad del día, ella está montada a caballo, sudadera azul y pelo recogido. De lejos su expresión es seria, de concentración, pero en cuanto se acerca, al paso, con el caballo, nos va mostrando una sonrisa dulce, atractiva.
Es esa combinación la que la convierte en una mujer misteriosa, que mira fijamente y hace pausas llamativas al hablar. Muy natural en un primer encuentro en el que bromeamos sobre la belleza, decidimos ir al pueblo para desconectar y descubrir a una Lea Vicens, fuera de esas 12 horas diarias que pasa entrenando.
‘Relajarme me estresa. Yo tengo que estar haciendo cosas. El otro día, por ejemplo, entrenando, los caballos estuvieron muy bien y acabé a las 5 de la tarde. Tenía toda la tarde para mí y no sabía que hacer. Soy esclava de mi afición, pero lo disfruto’.
Este año Lea pisa ruedos de primera categoría en una temporada más exigente para ella y que le puede servir para lanzar su carrera a lo más alto. Es sincera.
‘De momento me ha ido muy bien, todo lo que he toreado, y tenemos contratos importantes en feria. Muy contenta con la progresión. También es normal que uno tenga su tiempo para aprender y para tener una progresión lenta y poquito a poco. Tampoco merecía ese sitio antes y ahora he conseguido llegar a una etapa que poquito a poco hace que ahora esté en las ferias’.
¿Qué diferencias marcas tú con respecto a otros rejoneadores?
‘Primero, que soy mujer, (risas) entonces eso tiene cierta atracción para el público porque es una cosa diferente. Y después a nivel de mi tauromaquia, yo soy muy perfeccionista e intento coger lo bueno de todos. No tener un modelo, ni una copia, sino cada uno lo que sale bueno intento almacenarlo y hacer mi propia sopa’.
El domingo último de feria hará el paseíllo en Sevilla, en la matinal de seis rejoneadores.
‘En Sevilla sacaré los caballos, por supuesto, mejores. Caballos variados, caballo de quiebro, caballo que galopa de ‘costao’, de pirueta, ir de frente muy corto, de batida, de todo. Muchos recursos. Además, también llevo caballo para un toro complicado por si me sale un ‘grasioso’, caballo que pueda resolver. Además de torear, pueden poner el espectáculo más bonito todavía.
Bach y Jazmín, son caballos que sacaré y que no conocen en Sevilla. Bueno, en realidad, como sólo he toreado una vez en Sevilla casi toda la cuadra ha cambiado. Pero no, no voy a correr riesgos, (risas) no sacaré ninguno que no se conozca’.
¿Qué esperas que ocurra?
‘Espero que lo mejor, pero bueno vamos a ver, el toro, la presión, muchos parámetros que no controlamos, que dependen de la suerte’.
¿Estás nerviosa?
‘No, estoy bien’.
Valencia fue su primera cita de la temporada en plaza de primera categoría pero ya había arrancado la temporada cortando tres orejas en Sanlúcar de Barrameda y tras su paso firme por Fallas, también triunfó en Arles (Francia) y paseó dos orejas.
‘En Valencia, muy bien, muy contenta. Me sentí poderosa todo lo largo de la lidia, como dominando cada momento. Tuve un toro muy bueno también que me ayudó y eso es muy importante.’
¿Cuál es tu momento más crítico en cuanto a nervios?
‘Pues mira, yo no soy de tipo en estresarme, lo domino bastante bien eso. Seguro que algo de taquicardia me va a entrar en algún momento, pero que no soy de las que no duerme por la noche antes, o estar blanco en el momento de calentar, al revés.’
‘Me faltan… muchísimas cosas. Yo todavía soy joven y llevo poco tiempo en esto. Pfff… pues me falta a nivel de toreo pues más experiencia, claro, de todo.’
¿Hay algo que no te veas capaz de conseguir o no tienes techo?
‘No, yo voy ‘pa’lante’. El año pasado, me hubieras preguntado esto el año pasado y te hubiera dicho el último tercio, pero lo he trabajado tantísimo este invierno, que ya los resultados de este año han demostrado que estaba superada la dificultad.