Primer toro: Tuvo una buena actuación Lea Vicens frente al primer Miura de la tarde, siempre muy ceñido a la grupa, aprovechando el buen tranco por derecho. Se dejó el toro sevillano durante toda la faena, permitiendo buenos pares de la amazona. El fallo con el acero le impidió tocar pelo, saludando una ovación.
Cuarto toro: Completó Lea Vicens una importante tarde de rejoneo con la oreja de su segundo de Fermín Bohórquez, un animal que tuvo movilidad y que le permitió a la francesa ejecutar brillantes pares de banderillas en una actuación de alto tono. Dejó medio rejón de muerte para pasear una oreja con fuerte petición de la segunda.
Mundotoro
Ovación para Lea Vicens tras pinchar una faena de gran nivel con el primer Miura.
Lea cuajó, en primer lugar, a un gran toro de Miura, siempre cosido a la montura, codicioso y encelado, extraordinario por el pitón derecho, un poco más parado por el izquierdo. Un toro con excelentes condiciones y gran clase para los caballos con el que clavó precisa la amazona. El mal uso de los aceros la privó del triunfo. Saludos desde el tercio.
Oreja con petición de la segunda para Lea en una faena de gran calado
Al cuarto lo recibió Lea Vicens a Portagayola, y se encontró con un toro con clase, tranco y nobleza. Firmó un tercio de banderillas de gran elegancia y facilidad con el de Bohórquez, luciéndolo por ambos pitones. Cuando llegó el carrusel de cortas ya había conseguido meterse al tendido en el bolsillo. Oreja con fuerte petición de la segunda.
Cultoro
1° Miracielo n° 17, fue el primero de los Miura, un utrero cuya lidia y muerte correspondió a la rejoneadora Lea Vicens. Fue un animal codicioso. Con Bético inició un tercio de banderillas en la que arriesgó mucho, pero supo aguantar muy bien al toro, conduciendolo de costado pese a las acometidas de la res. Continúo con Diluvio su sobresaliente actuación. Con Greco puso dos cortas pinchando repetidas veces a la hora de matar. Saludos.
4° Variado n°53, de Fermín Bohórquez, fue el segundo de los utreros de Lea Vicens que le colocó dos rejones de castigo. Su tercio de banderillas arrancó nuevamente con Bético conduciendo al morlaco y clavando banderillas con acierto. Prosiguió su labor con Aladin, un caballo tordo de gran agilidad con el que clavó con enorme facilidad y limpieza. A la hora de matar el astado, ya muy parado, nada le ayudó, aún así dejó medio rejón que fue suficiente. Oreja con fuerte petición de la segunda
Burladero